La mejor trampa ambiental para roedores de ciudad si quieres atraparlos y no matarlos
(Más adecuada para las ciudades, donde sólo hay una o dos ratas rebeldes, o donde han hecho mal la trampa anterior).
Estas trampas se han desarrollado sólo para cazar ratones, no para matar. Se deja al receptor el futuro del ratón. Los materiales y los mecanismos utilizados no son agresivos, lo que la convierte en una trampa para ratones ambiental.
Dificultad: Muy fácil de hacer.
Sólo precisa una botella de cuello ancho o una de plástico, un chorrito de aceite, cebo, una caja de zapatos y un poco de tierra o arena. Efectividad: Alta, muy alta.
Se consigue una botella de aceite de boca ancha, o bien una de refresco, de las de plástico, que tenga al menos dos litros de volumen, porque debe ser suficientemente larga para evitar que la rata que entre, consiga escapar. Hay quienes la hacen con tubo de aluminio u otro metal o plástico, más sofisticadas, pero no más efectivas. Se corta como indica la imagen, dejando unos cinco o seis centímetros de diámetro, para que el roedor pueda entrar. Se echa un chorrito de aceite para que quede bien enaceitado todo el interior. Esto hará que las ratas resbalen sin poder subir. Se coloca el cebo (el queso siempre es de los mejores cebos) cuidando que no se llene de aceite, que impediría en alguna medida que desprenda el atractivo olor. Luego se coloca en una caja de zapatos o similar, rellenando con arena o tierra para que no pueda moverse, dejando una inclinación de 45 grados cuando la botella es grande y la rata pequeña. Los mejores resultados los tenemos con una inclinación de 52 grados, porque la rata entra confiada en que podrá luego subir por esa pendiente. El aceite impedirá salir incluso a los ratones más rápidos. En esta imagen de la trampa para ratas hemos puesto la inclinación aproximada a los 45º, pero con 52 grados es más segura, sobre todo donde hay ratones de mayor tamaño.