Técnica Asiática para adelgazar sin dieta ni ejercicio, ¡Sólo echate de esta manera por 5 minutos

Es difícil de creer en este tipo de métodos que prometen ser milagrosos, este tratamiento se hizo muy popular en toda Asia por sus grandes y reconocidos efectos. El desarrollador de esta técnica es el médico japonés Fukutsudzi, quien escribió un libro detallando los efectos y beneficios en el cuerpo humano al realizar esta práctica. El libro vendió más de seis millones de copias y busca dar una respuesta a aquellas personas que desean bajar de peso de forma rápida y no tienen tiempo de seguir una dieta o realizar ejercicios.
Fukutsudzi es especialista en problemas óseos, aunque su interés siempre lo ha llevado a estudiar los huesos pélvicos. De esa manera, descubrió que la causa principal de la acumulación de grasa en el vientre, es una desviación de los huesos de la pelvis y el hueso subcostal. Al develar este misterio, se propuso desarrollar una técnica capaz de modificar esta varianza y eliminar de forma rápida el exceso de grasa acumulada en el abdomen.
El método resulta fácil y sencillo, es apto para todas las edades y no requiere de técnicas extrañas. Para llevarlo a cabo, el médico asegura que no se necesitan herramientas especiales ni costosas. Además de ser un tratamiento económico, se practica durante cinco minutos, sólo tres veces al día. También debes recostarte de la manera indicada para lograr resultados fáciles.
Este es el procedimiento:
- Enrolla la toalla y fijala con un poco de cinta
- Siéntate en el piso
- Coloca la toalla debajo de tu espalda nivelada con tu ombligo y acuestate (asegúrate de que la toalla sea un poco más ancha que el ancho de tu espalda)
- Abre las piernas al ancho de los hombros e inclina las piernas, de manera que los pulgares se toquen.
- Extiende los brazos sobre la cabeza y gira las palmas hacia abajo en la posición donde los dos dedos pequeños tocarán.
Esto es todo lo que necesitas hacer. Puede parecer simple, pero esta posición no es tan cómoda como parece.
En caso de que no seas capaz de alcanzar el final de la mano, llega tan lejos como puedas en el comienzo, pero asegúrate de que los pulgares de los pies se están tocando.
Acuéstate en esta posición durante cinco minutos tres veces al día.
Al principio será incómodo y doloroso y en caso de que no puedas con el dolor, se aplica el tratamiento, siempre que puedas.
Así que, si tu intención es de tener resultados positivos, debes implementar este “ejercicio” todos los días.
Cuando hayas terminado con el tratamiento, no debes levantarte de inmediato. En primer lugar, debes voltearte de cualquier lado mientras se está acostado, luego te sientas por un tiempo y luego estarás listo para levantarte.
Si tu cuerpo presenta algún tipo de limitación, debes escucharlo y no esforzarte de más. Si tus manos no pueden extenderse al máximo, llega hasta donde puedes, sin embargo es muy importante que los dedos gordos del pie estén en contacto. En un principio, sentirás dolor y algunas molestias, si notas que el dolor es demasiado intenso, suspende el tratamiento. Sólo llévalo a cabo en la medida de tus posibilidades.
Practica esto a diario y notarás resultados en un mes. Recuerda no levantarte inmediatamente una vez que termines. El cuerpo necesita relajar, estirar y equilibrarse para poder incorporarse nuevamente. Gira para uno de los costados, permanece allí un momento. Después siéntate, queda así por unos segundos y listo, levántate normalmente.